el interés de los oyentes».4 El libro en sí dice: «El antiguo enfoque temático/conceptual de la predicación está en condición crítica, si no en una fase mortal».5 Innumerables libros recientes sobre la predicación se han hecho eco de esta apreciación o algo similar. ¿Cuál es el remedio? Nos dicen una y otra vez que los predicadores deben verse a sí mismos como narradores, no como maestros de doctrina. He aquí una muestra típica: Contrariamente a lo que algunos nos quieren hacer creer, la historia,
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